Portarse bien, premisa causante de la obtención de regalos. Si una persona que se encuentra en la etapa de la niñez (el parámetro de dicha categoría es de 1 a 11 años) se porta bien, Papa Noel descenderá de los cielos, atravesará la chimenea (en su defecto la puerta del patio) para depositar un obsequio junto al árbol de navidad, y el viejo de la bolsa se abstendrá de raptarlo y llevárselo vaya uno a saber donde.
Pero…que significa “portarse bien”?
Utilizando el sentido común (entiéndase significado que predomina en el imaginario social), esta frase verbal consiste en ser un niño respetuoso hacia sus padres y sus pares, comportarse de manera adecuada para la tolerancia y paciencia de los mayores (léase utilizar tono y timbre de voz moderado, no reiterar palabras, aceptar las prohibiciones sin ofrecer objeciones, por ejemplo, no correr con el chupetín en la boca, y obtener resultados satisfactorios en la escuela) en fin, ser obediente.
Sin embargo, la realidad, en términos de hechos sociales concretos, indica que el sinónimo de “portarse bien” corresponde a:
-Poseer padres cuyos ingresos superen los 1.400$ (tomando como referencia una canasta básica familiar equivalente a 900$)
-Ser propietario de un inmueble, dado que se entiende que si el rango de los tutores es de inquilinos, el ingreso mensual señalado anteriormente ascendería a 2500$.
-No tener más de un hermano/a. si sucediera lo contrario, el monto del salario percibido aumentaría aun más.
Podemos arribar a la conclusión de que a pesar de que un niño humilde, con una familia de más de 4 integrantes, tenga una conducta intachable, pocas veces en su vida pueda experimentar el intercambio de igual retribución (obsequio) por buen comportamiento.
Ah…la excusa de que los reyes magos no llegan a algunos lugares porque están fuera de jurisdicción, son netamente patrañas.
VALERIA 25/09/07
martes, 25 de septiembre de 2007
jueves, 13 de septiembre de 2007
La vida a secas

Uno no valora la importancia del recurso “agua” hasta que se rompe un caño en parque Saavedra y su vivienda es parte de los lugares aledaños afectados.
Es mi segundo día sin agua, nunca antes me había dado cuenta que dedicaba tantos momentos al simple ejercicio de abrir una canilla, hasta que el hecho de no obtener el resultado esperado con dicha acción, me hizo tomar conciencia del gran lugar que ocupa en mi vida este fluido cristalino.
Los inconvenientes de la vida sin agua sin estar prevenidos son muchos, a saber: no me puedo bañar; no puedo tomar mate, te, café, nada que se prepare con ella; el botón del baño está deshabilitado, al lavarme los dientes no hay enjuague, lavar la ropa es imposible, se acumulan platos y ollas sucias, no puedo pasar un trapo húmedo en los restos de comida en la mesa, mis manos están pegajosas y no hay remedio, e infinidad de pequeñeces que aportan a mi teoría de la importancia del recurso.
Como si fuera poca carencia, diferentes factores confluyen para que el caso se agrave aún más. Es así como la víspera primaveral se hizo sentir con la mayor intensidad posible, y los últimos dos días se registraron temperaturas muy elevadas.
Las casualidades no fueron pocas, simplemente por poner ejemplos contaré un par de cosas:
Mi amiga que más cerca vive, quien me podría haber facilitado su baño para ducharme no estaba, y tuve que caminar 16 cuadras para cumplir con mi aseo personal.
Es viernes, y casualmente la fecha que vengo mencionando hace 20 días como la que iba a dedicar a lavar la pila de ropa sucia, entre la que están todos mis pares de medias, y la mayoría de las remeras; cuanto el inconveniente prosiga, me veré obligada a usar el disfraz de Minnie Mouse para vestirme.
El día que descubrí la falta, llegué agotada a mi casa luego de 7 horas de ausencia y más de 30 cuadras caminadas, lo primero que hice al entrar fue ponerme cómoda (sacarme las zapatillas, vestirme de “entre casa”) y tomarme lo que quedaba de una Ser citrus, eran las 14 horas y no había almorzado, recién cuando empecé a comer revelé la sequedad en los caños y bajar a comprar bebida no estaba en mis planes, es así como luego de revisar cada recoveco del departamento, el único liquido que encontré fue una caja de Uvita fiesta que quedó de algún encuentro nocturno, y siguiendo el refrán “a buen hambre no hay pan duro”, a tremenda sed, no discrimine el vino aunque fuesen las 15 hs. de un día estudiosamente activo. Me siento obligada a mencionar que después de la suerte de almuerzo, me acosté y dormí hasta el atardecer.
En este momento ya estoy preparada y en mi heladera abundan botellas de agua mineral o facilitadas por alguien que no sufre la carencia, también sepan que tengo baldes para el inodoro y los pises almacenados ya siguieron su destino, pero nada se compara con la comodidad de abrir el grifo y ver correr agua sin inconvenientes. No es un mensaje de greenpeace ni mucho menos, pero valoren el agua!!!
VANINA 7/09/07
Es mi segundo día sin agua, nunca antes me había dado cuenta que dedicaba tantos momentos al simple ejercicio de abrir una canilla, hasta que el hecho de no obtener el resultado esperado con dicha acción, me hizo tomar conciencia del gran lugar que ocupa en mi vida este fluido cristalino.
Los inconvenientes de la vida sin agua sin estar prevenidos son muchos, a saber: no me puedo bañar; no puedo tomar mate, te, café, nada que se prepare con ella; el botón del baño está deshabilitado, al lavarme los dientes no hay enjuague, lavar la ropa es imposible, se acumulan platos y ollas sucias, no puedo pasar un trapo húmedo en los restos de comida en la mesa, mis manos están pegajosas y no hay remedio, e infinidad de pequeñeces que aportan a mi teoría de la importancia del recurso.
Como si fuera poca carencia, diferentes factores confluyen para que el caso se agrave aún más. Es así como la víspera primaveral se hizo sentir con la mayor intensidad posible, y los últimos dos días se registraron temperaturas muy elevadas.
Las casualidades no fueron pocas, simplemente por poner ejemplos contaré un par de cosas:
Mi amiga que más cerca vive, quien me podría haber facilitado su baño para ducharme no estaba, y tuve que caminar 16 cuadras para cumplir con mi aseo personal.
Es viernes, y casualmente la fecha que vengo mencionando hace 20 días como la que iba a dedicar a lavar la pila de ropa sucia, entre la que están todos mis pares de medias, y la mayoría de las remeras; cuanto el inconveniente prosiga, me veré obligada a usar el disfraz de Minnie Mouse para vestirme.
El día que descubrí la falta, llegué agotada a mi casa luego de 7 horas de ausencia y más de 30 cuadras caminadas, lo primero que hice al entrar fue ponerme cómoda (sacarme las zapatillas, vestirme de “entre casa”) y tomarme lo que quedaba de una Ser citrus, eran las 14 horas y no había almorzado, recién cuando empecé a comer revelé la sequedad en los caños y bajar a comprar bebida no estaba en mis planes, es así como luego de revisar cada recoveco del departamento, el único liquido que encontré fue una caja de Uvita fiesta que quedó de algún encuentro nocturno, y siguiendo el refrán “a buen hambre no hay pan duro”, a tremenda sed, no discrimine el vino aunque fuesen las 15 hs. de un día estudiosamente activo. Me siento obligada a mencionar que después de la suerte de almuerzo, me acosté y dormí hasta el atardecer.
En este momento ya estoy preparada y en mi heladera abundan botellas de agua mineral o facilitadas por alguien que no sufre la carencia, también sepan que tengo baldes para el inodoro y los pises almacenados ya siguieron su destino, pero nada se compara con la comodidad de abrir el grifo y ver correr agua sin inconvenientes. No es un mensaje de greenpeace ni mucho menos, pero valoren el agua!!!
VANINA 7/09/07
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