martes, 25 de septiembre de 2007

MODELANDO CONDUCTA$

Portarse bien, premisa causante de la obtención de regalos. Si una persona que se encuentra en la etapa de la niñez (el parámetro de dicha categoría es de 1 a 11 años) se porta bien, Papa Noel descenderá de los cielos, atravesará la chimenea (en su defecto la puerta del patio) para depositar un obsequio junto al árbol de navidad, y el viejo de la bolsa se abstendrá de raptarlo y llevárselo vaya uno a saber donde.
Pero…que significa “portarse bien”?
Utilizando el sentido común (entiéndase significado que predomina en el imaginario social), esta frase verbal consiste en ser un niño respetuoso hacia sus padres y sus pares, comportarse de manera adecuada para la tolerancia y paciencia de los mayores (léase utilizar tono y timbre de voz moderado, no reiterar palabras, aceptar las prohibiciones sin ofrecer objeciones, por ejemplo, no correr con el chupetín en la boca, y obtener resultados satisfactorios en la escuela) en fin, ser obediente.
Sin embargo, la realidad, en términos de hechos sociales concretos, indica que el sinónimo de “portarse bien” corresponde a:
-Poseer padres cuyos ingresos superen los 1.400$ (tomando como referencia una canasta básica familiar equivalente a 900$)
-Ser propietario de un inmueble, dado que se entiende que si el rango de los tutores es de inquilinos, el ingreso mensual señalado anteriormente ascendería a 2500$.
-No tener más de un hermano/a. si sucediera lo contrario, el monto del salario percibido aumentaría aun más.
Podemos arribar a la conclusión de que a pesar de que un niño humilde, con una familia de más de 4 integrantes, tenga una conducta intachable, pocas veces en su vida pueda experimentar el intercambio de igual retribución (obsequio) por buen comportamiento.
Ah…la excusa de que los reyes magos no llegan a algunos lugares porque están fuera de jurisdicción, son netamente patrañas.
VALERIA 25/09/07

jueves, 13 de septiembre de 2007

La vida a secas


Uno no valora la importancia del recurso “agua” hasta que se rompe un caño en parque Saavedra y su vivienda es parte de los lugares aledaños afectados.
Es mi segundo día sin agua, nunca antes me había dado cuenta que dedicaba tantos momentos al simple ejercicio de abrir una canilla, hasta que el hecho de no obtener el resultado esperado con dicha acción, me hizo tomar conciencia del gran lugar que ocupa en mi vida este fluido cristalino.
Los inconvenientes de la vida sin agua sin estar prevenidos son muchos, a saber: no me puedo bañar; no puedo tomar mate, te, café, nada que se prepare con ella; el botón del baño está deshabilitado, al lavarme los dientes no hay enjuague, lavar la ropa es imposible, se acumulan platos y ollas sucias, no puedo pasar un trapo húmedo en los restos de comida en la mesa, mis manos están pegajosas y no hay remedio, e infinidad de pequeñeces que aportan a mi teoría de la importancia del recurso.
Como si fuera poca carencia, diferentes factores confluyen para que el caso se agrave aún más. Es así como la víspera primaveral se hizo sentir con la mayor intensidad posible, y los últimos dos días se registraron temperaturas muy elevadas.
Las casualidades no fueron pocas, simplemente por poner ejemplos contaré un par de cosas:
Mi amiga que más cerca vive, quien me podría haber facilitado su baño para ducharme no estaba, y tuve que caminar 16 cuadras para cumplir con mi aseo personal.
Es viernes, y casualmente la fecha que vengo mencionando hace 20 días como la que iba a dedicar a lavar la pila de ropa sucia, entre la que están todos mis pares de medias, y la mayoría de las remeras; cuanto el inconveniente prosiga, me veré obligada a usar el disfraz de Minnie Mouse para vestirme.
El día que descubrí la falta, llegué agotada a mi casa luego de 7 horas de ausencia y más de 30 cuadras caminadas, lo primero que hice al entrar fue ponerme cómoda (sacarme las zapatillas, vestirme de “entre casa”) y tomarme lo que quedaba de una Ser citrus, eran las 14 horas y no había almorzado, recién cuando empecé a comer revelé la sequedad en los caños y bajar a comprar bebida no estaba en mis planes, es así como luego de revisar cada recoveco del departamento, el único liquido que encontré fue una caja de Uvita fiesta que quedó de algún encuentro nocturno, y siguiendo el refrán “a buen hambre no hay pan duro”, a tremenda sed, no discrimine el vino aunque fuesen las 15 hs. de un día estudiosamente activo. Me siento obligada a mencionar que después de la suerte de almuerzo, me acosté y dormí hasta el atardecer.
En este momento ya estoy preparada y en mi heladera abundan botellas de agua mineral o facilitadas por alguien que no sufre la carencia, también sepan que tengo baldes para el inodoro y los pises almacenados ya siguieron su destino, pero nada se compara con la comodidad de abrir el grifo y ver correr agua sin inconvenientes. No es un mensaje de greenpeace ni mucho menos, pero valoren el agua!!!
VANINA 7/09/07

miércoles, 8 de agosto de 2007

Mala remembranza

Llegó la semana de la amistad, y con ella la memoria de episodios referidos al acontecimiento.
Entre ellos recordé el juego del “amigo invisible”, para quienes no han tenido tal experiencia lúdica, les diré que básicamente se trata de enviar regalos y correspondencias a alguien en forma anónima. Se realiza dentro de un grupo de amigos, y mediante un sorteo se define quien le escribe a quien. Así, durante un lapso de tiempo determinado se entregan cosas hasta que el día pactado cada uno intenta adivinar quien era su amigo invisible.
Recuerdo ser partícipe de esos grupos junto a mis compañeros de primaria. La experiencia no fue del todo buena.
Puedo confirmar que el encargado de enviarme presentes a mi, no era nunca miembro de una familia beneficiada por la economía menemista. Les comento que mi infancia se desarrollo en la década pasada, y mi amigo invisible de cada experiencia era victima de una precaria condición social.
Es así como para mi, una nena de 9 o 10 años me resultaba frustrante cada período del juego.
En principio porque recibía cartas hechas con letras de diario (porque el manuscrito era una pista fundamental para revelar el remitente), y dicho recurso no resultaba tan prolijo como el uso de un ordenador.
En mi cabeza están perpetuados los momentos en que otros contaban con entusiasmo el hecho de haber recibido cajas de bombones, ositos de peluche u otras pavadas valiosas para un niño. Mi caso difería del de ellos, ya que era la beneficiaria de una linda manualidad, un gran gesto por cierto, hecho con mucho amor, pero yo quería otra cosa!! Era una infante!!
Tal vez con esto explique el porqué del egoísmo infantil, es decir el porqué de que uno, siendo un poco más pudiente que su dador, obsequiaba a su receptor aquellos dulces discriminados en la caramelera de la abuela, esos que permanecen sin tocar aún cuando se renuevan el resto de las golosinas que integran el frasco, me refiero a los bastoncitos de Viena, o los caramelos media hora.
Así es como puedo comprobar la importancia de lo empírico en la niñez, la capacidad de eternizarse hasta lo mas insignificante, que se explica con el gran significado de ayer, como por ejemplo el no recibir lo esperado de un amigo invisible.
VANINA

miércoles, 18 de julio de 2007

Consejillos para hacer los deberes sin los materiales adecuados

Se recomienda escribir siempre con lápiz, ya que es más fácil de revertir errores cuando se utiliza grafito, que cuando el insumo es tinta.
En este caso, si se requiere borrar, y la goma “dos banderas” desapareció, se toma una porción de miga de pan (la cantidad propicia es un pellizcazo empleando los dedos índice y pulgar), es necesario que el panificado haya sido elaborado el mismo día en el que se realizará el procedimiento de borrar el error. La debilidad de la miga de pan es que si bien parecía una materia compactada por la previa presión ejercida por las falanges, cuando se la utiliza se va desmigajando, por eso si lo que tiene que borrar es más de una oración, sea precavido y tenga a mano un Felipe entero.
Si estamos desprovistos de plasticola y necesitamos pegar la imagen del Cabildo, que previamente recortamos del billiken, sobre el cuaderno para conmemorar el 25 de mayo, podemos resolverlo fácilmente:
Se toma una compotera (utilizada habitualmente para poner gelatina y para darle leche al gato) se coloca dos cucharadas colmadas de harina (puede ser 000 o 0000, de cualquier marca ya que no afecta en la propiedad adhesiva de la mezcla, aunque si se producen variaciones en el color) y un chorro de agua. Si el chorro fue muy abundante se coloca mas harina, hasta lograr una consistencia gomosa, ni muy dura, ni muy líquida. Así se obtiene un producto denominado comúnmente ENGRUDO.
Para aplicarlo se recomienda no abusar de su cantidad, ya que sobresale de los márgenes de la estampa e inevitablemente el sujeto tiende a pasar la mano o el puño manchando la hoja con un color negruzco.
En el tercer párrafo se mencionó la figura del Cabildo, que había que pegar sobre el cuaderno, para realizar esta acción, previamente hay que recortar la estampa, y como esta sección se ocupa de rebuscárselas cuando no se poseen los materiales adecuados, explicaremos como extraer la imagen con la carencia de una tijera.
En este caso se requiere una regla, o en su defecto un elemento sólido cuyo uno de sus lados debe ser recto, a modo de ejemplo podríamos mencionar la tapa de un casette o el contenedor de un disco compacto.
Este procedimiento no tiene mayores complicaciones, se coloca la regla sobre una de las aristas de la imagen, y con la mano que queda libre, se toma el papel restante y se lo tira en sentido contrario, lo mas rápido posible, para evitar que el borde quede con un efecto serrucho. Bienaventurados los que encuentran la figura indicada ubicada en la esquina inferior o superior de la pagina del Billiken, ya que de esta manera se necesitan solo 2 cortes.
Desdichados los que no encuentran una imagen con bordes rectilineos.
Si fallamos en el tironeo, lo podemos solucionar, una vez plasmada la estampa sobre la hoja, se toma la regla y un lápiz de color y se realiza un trazado sobre cada margen para contrarrestar ese desdeñable efecto serrucho.
Un título queda más bello si se traza debajo de él una, un subrayado, preferentemente color rojo. Si no tenemos regla, ni buen pulso, tomamos un casette, lo colocamos debajo de la frase que queremos resaltar y procedemos a desplazar el lápiz rojo por encima de esta base de apoyo.
Ojo! Subrayar con el lado de la caja donde se pone el nombre del casette, por ejemplo “VARIOS ‘98”, y nunca sobre la parte donde se abre, ya que sobre dicho lugar suele haber una ranura que nos llevaría a obtener un trazado escalonado, en la parte media.
VALERIA

sábado, 30 de junio de 2007

ESCATO dificultades LOGICAS


Tal vez me indujo a escribir esto el hecho de tener una mañana demasiado tranquila. Es uno de esos días tan deseados, sin tareas importantes para hacer, pero que cuando llegan uno anda a la deriva, preocupado por no tener de que preocuparse…
Humanamente, cuando no hay complicaciones, las inventamos. Buscamos el lado analítico de las cosas más simples y las problematizamos. Es por eso que después de permanecer varios minutos acostada pensé que si Cortazar podía instruirnos para llorar o dar cuerda a un reloj, yo puedo filosofar a cerca de algo tan cotidiano y común a todos los seres vivos como es el acto de defecación.


En principio cabe mencionar que no todos las experiencias son iguales y me parece pertinente clasificarlas de acuerdo al producto obtenido, sin más vueltas…. la forma la del sorete.
La mas normal (no porque se ajuste a la norma, sino porque predomina), es aquella experiencia que durando aproximadamente dos minutos y sin requerir de mucho esfuerzo, da como resultado una materia sólida, de un tamaño que enorgullece al dueño y lo mas importante es que no deja rastros en el orificio que la liberó. Tradúzcase a un buen cago sin cascarria.
Diferente es cuando el elemento sale en partes y algo mas rígido que en el caso anterior. Este acto necesita prolongarse durante varios minutos, lo que complica la situación y aparece el factor aburrimiento. Dado esto, se buscan actividades complementarias, tales como leer el diario o escuchar música, pero a veces, nos encuentra desprevenidos, victimas de una falsa alarma por lo cual no se fue preparado. En estos casos se trata de acudir a lo que este al alcance, como leer los letreros de los productos de baño; en consecuencia, se experimenta una voz particular si en el momento del puje final justo se está leyendo, así nos escuchamos decir col-ga-teee con un sonido un tanto orgásmico. Lo positivo de esto es que ayuda a que en nuestra memoria queden registrados datos que tal vez algún día necesitemos, como el 0-800 del desodorante para casos de intoxicación. Acabado el acto, se requiere del bidet, porque la partición de la materia deja huellas, incluso en el inodoro, lo que se conoce como “patinada”. Consejo: tener un cepillo a mano porque si un ajeno utiliza nuestro baño, no es nada agradable que deje recuerdos.
El tercer caso es una verdadera odisea. Se trata del vulgar “atrancamiento”. Como el tiempo necesario para este episodio es mucho, es digno de que la actividad figure en nuestra agenda, pero claro, resultaría bochornoso que alguien nos la lea y diga “lunes 13 hs, cagar”, por eso suele arruinarnos algún plan, porque a donde se comienza si o si hay que terminar, sin opción, a menos que no nos moleste caminar de una forma particular. Algunos ya han asumido que sufren de constipación, por lo que ya conocen tácticas. Velozmente mencionaré algunas:
_ (para cuando el inodoro esta próximo a la puerta) colocar una mano de un lado de la puerta y otra del otro, luego comenzar a empujar en sentidos opuestos y así realizar fuerza que ayude al descenso de los sobrantes que hay en nuestro cuerpo.
_ (para cuando la fuerza propia no es suficiente) abrir el bidet con la mayor potencia posible y sentarse en una posición que beneficie la llegada del agua al orificio. Esto ayuda al ablandamiento.
_(para los corajudos) introducir un dedo (se recomienda el índice) en la abertura anal y ayudar con un leve removimiento. O sea, meterte el dedo en el culo, tocar la mierda, tratar de cortarla y que salga la porquería esa que está trabada y te está rajando el orto y haciendo transpirar como un púber en la clase de educación física.
Por último, el más rápido de los casos. Ocurre en cuestión de segundos y es la que peor huele. El producto es líquido y varía en colores. Lo peculiar de este caso, es que la liberación puede ocurrir tanto en el inodoro como en la ropa.
Podría extenderme mas si tuviese en cuenta otros factores, como lo que se ingirió el día anterior (¡si es choclo te la encargo!), o que ocurriría en caso de ausencia de papel higiénico, pero mas vale llevar todo a la práctica y basta de filosofías, si…………… TODOS CAGAMOS!!!
VANINA 29/06/07

El precio del sabor a banana

Las cosas no son las mismas que antes. Es una frase que suele escucharse muy a menudo, y su pronunciación aumenta a medida que pasa el tiempo. Cuando crecemos sentimos que cada vez más cosas se modifican, por eso para los gerentes todo es distinto.
Dejando de lado las innovaciones tecnológicas, la participación política y los amoríos de zaguán, hoy, a mis 20 años, quiero abordar desde una perspectiva critica la transformación de los chicles de banana.
Un chicle de banana cuesta diez centavos, y uno relleno de juguito sale el doble.
Un chicle de banana de los de diez, conserva su sabor y elasticidad durante tres cuadras, considerando un desplazamiento de tres minutos en cien metros, desdeñando la posibilidad de que el peatón se detenga ante un semáforo en rojo, se encuentre a un conocido o pare a atarse los cordones, lo que implicaría la reducción del sabor del chicle a dos cuadras.
Uno de los relleno de sabor, como anuncian los productores de la goma de mascar, mantiene las condiciones que posee desde que se le saca el papel y se introduce en la cavidad bucal, durante cinco cuadras, es decir quince minutos, aun habiendo realizado tres globos. Utilizo el adverbio aun debido a que la concreción del globo incluye una seguidilla de movimientos poco frecuentes en la masticada de chicle original.
Indagando los motivos que llevan a que el placer de comer un chicle de banana sea tan corto y costoso, me encontré con el renombrado término de inflación, excesiva emisión de billetes de un banco que produce un alza anormal de los precios, traduciéndose en la disminución de la calidad del producto chicle y la elevación de su costo.
Pero los economistas, poseedores de conocimientos específicos refutaron mi hipótesis sin agregar un comentario al respecto.
Pensando en mi cama, cual sujeto con insomnio divaga entre sábanas y reflexiones, planteé una nueva tesis.
A medida que crecemos, nuestra saliva se vuelve más baqueana en deglutir y modifica las condiciones de la materia gomosa hasta arribar al estado de solidez.
Otra de las variantes es que en el transito de infante a joven, los maxilares, desgastados por realizar durante veinte años el proceso de masticación van perdiendo la capacidad de producir tantos movimientos consecutivos en pocos segundo, lo que deriva en una dolencia en la articulación temporomandibular justo a la altura de la escotadura ínter trágica del pabellón auricular (por las patillas). Esto genera la inmediata acción de tomar el chicle con dos dedos (el índice y el pulgar habitualmente) y arrojarlo a la vía pública, depositarlo debajo de la mesa o, en caso de tratarse de buenos transeúntes, se lo envuelve en el papel que contenía la goma de mascar y que había sido guardado en un bolsillo, y se lo deposita en un cesto, conocido como papelero.
Estas teorías también fueron rebatidas por especialistas en biología humana fieles a Lucy Batuone.
Mientras tanto, hasta que nadie arribe a una conclusión certera, seguiremos parando en un quiosco cada tres o cinco cuadras.
VALERIA 30/06/07.